Economía
Colombia genera 83 mil toneladas de residuos electrónicos cada año, y solo el 10% se recicla
En el país, el sector residencial representa aproximadamente el 25 % del consumo total de energía eléctrica, y una parte considerable de este consumo se atribuye a los aparatos electrónicos.
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Todo lo que han sido aparatos electrónicos y/o eléctricos han cambiado la vida de la humanidad, brindando comodidad y facilitando las tareas diarias, pero, tras su uso, se esconde el impacto negativo en materia medioambiental, el cual suele pasar desapercibido.
Partiendo desde la extracción de los recursos utilizados en su fabricación, hasta la gestión de residuos que también se generan, en su ciclo de vida, estos dispositivos tienen un impacto y un costo ambiental considerable.
Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en el país se llegan a generar alrededor de 83.000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) al año, de los cuales tan solo se logra reciclar aproximadamente el 10 %. Esto quiere decir que más de 74.000 toneladas de estos residuos peligrosos terminan en rellenos sanitarios o vertederos ilegales, contaminando el suelo y las fuentes de agua.
“La fabricación de aparatos electrónicos requiere una gran cantidad de recursos naturales, como metales raros, plásticos y otros materiales. La extracción de estos recursos conlleva una huella ambiental considerable, causando daños a los ecosistemas y agotando los recursos naturales. Además, el proceso de producción consume grandes cantidades de agua y energía, contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y al cambio climático” comenta la Unidad de Gestión Ambiental (UGA), Universidad El Bosque.
A lo largo del tiempo en el que se le da un verdadero uso, estos aparatos también tienen un impacto significativo debido a su consumo de energía. Al menos en Colombia, el sector residencial representa aproximadamente el 25 % del consumo total de energía eléctrica y, una parte considerable es el uso de estos aparatos electrónicos. Tanto en modo de uso como en el de espera, estos consumen electricidad, lo que a su vez también contribuye a la emisión de gases con efecto invernadero y al cambio climático.
Si se habla de la vida útil de estos, es relativamente corta, lo que fomenta el ciclo constante de reemplazo y generación de más y más residuos.
“Al final de su vida útil, los aparatos electrónicos se convierten en residuos peligrosos si no se desechan adecuadamente. Estos desechos contienen sustancias tóxicas, como plomo, mercurio y cadmio, que pueden contaminar el suelo y las fuentes de agua si no se gestionan correctamente. La eliminación inadecuada de estos residuos también puede liberar gases de efecto invernadero y otros contaminantes a la atmósfera” añade la UGA.
En búsqueda por lograr reducir el impacto ambiental de estos aparatos, es de vital importancia el adoptar prácticas sostenibles en todas las etapas de su ciclo de vida útil.
Esto implica incentivar los dispositivos energéticamente eficientes, prolongar su vida útil mediante el buen mantenimiento y la reparación, como también desechar de manera responsable en centros de reciclaje autorizados. Es fundamental promover el consumo consciente, apagando dispositivos cuando no se estén utilizando y desenchufar sus cargadores o las fuentes de energía.