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Increíble: la historia del médico que conserva el legado musical más importante del Quindío
Fundó el Museo del Disco, donde se conservan piezas con más de 100 años. Una experiencia única para cantar la historia.
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Al caleño Antonio Manrique la música lo persigue. Tiene el cabello canoso, la piel trigueña, la voz de un hombre sereno. Desde pequeño, soñó con convertirse en médico y lo consiguió. Su consultorio está en la ciudad de Armenia, Quindío. Esa vida lo hace feliz, pero su otra vida lo agita más. Lo endulza, lo conduce hasta su infancia. Le recuerda que la música es el verdadero lenguaje de su alma.
En 2019, este médico especialista en ginecología y obstetricia fundó el Museo del Disco y la Música de Filandia. Un espacio destinado a la difusión de la historia del disco y la música, con una colección que supera los 50 mil objetos sónicos.
Son alrededor de 40 mil discos de larga duración, 9 mil discos de 78 revoluciones (el tipo más antiguo), 2 mil discos de 45 revoluciones y, finalmente, 5 mil discos compactos. Además, el museo exhibe artefactos de reproducción que guardan un siglo de historia.
“El museo tiene de 6 a 7 espacios por recorrer. En ellos, se cuenta toda la historia del disco. Se muestran los reproductores de la época de finales de 1800 y comienzos de 1900. Hay equipos de más de 120 años que todavía funcionan”, explicó Manrique.
La magia del recorrido se condensa en la experiencia de escuchar, cantar a la historia durante dos horas y media. “Los reproductores se ponen a funcionar porque el recorrido es muy vivo, con mucha interacción. La gente puede escuchar el sonido de equipos de más de 100 años. Luego se explica su evolución”, comentó el fundador.
“Es un centro de memoria histórica, cultural y pedagógica que le permite al visitante evocar, a través de los sentidos, el trasegar de la música y su innegable arraigo en nuestros sentimientos, reconstruyendo momentos de vivencias e historias personales”, señalaron desde la Secretaría de Cultura de Quindío.
Entre los tesoros musicales del museo se encuentran vinilos que van desde las bandas británicas Queen y Pink Floyd, pasan por cantautores y poetas argentinos como Alberto Cortez, y terminan con las composiciones vallenatas del cantante colombiano Rafael Orozco.
Manrique explicó que los discos que más atesora, entre todos los formatos, son los dos primeros discos del Himno Nacional de Colombia, que fueron grabados por primera vez en 1910.
“También tengo uno muy importante que grabó el tenor italiano Tito Schipa en 1929. De hecho, los audios de los himnos los doné a la colección del Museo Nacional de Colombia. En la referencia registra que vienen desde Filandia”, añadió.
En el museo también se realizan presentaciones musicales con artistas regionales, nacionales e internacionales; encuentros de melómanos y coleccionistas, y puestas en escenas con cuenteros de la región.
“Casi siempre el recorrido es conmigo. Yo también atiendo una cafetería en la que brindamos distintos cafés o aguardiente. Es ahí donde las personas se pueden sentar y oír la música de más de 5 mil discos de todos los géneros. Tenemos música andina, colombiana, boleros, tango, jazz, rock, música clásica”, afirmó Manrique.
“La principal ganancia de esto es el contacto con el público. Es maravilloso porque la gente sale feliz del museo, renovada espiritualmente. Nosotros tenemos un cuaderno para los visitantes y ya llevamos 10 completos. Dicen que es lo mejor que han visto, lloran adentro. Muchos regresan, 5 o 6 veces”, agregó Manrique.
Este médico creció al compás de la música que escuchaban sus diez hermanos mayores. En su casa en Cali, retumbaban las melodías de los tangos de una generación que no era la suya. Los boleros rancheros, cubanos y mexicanos también lo acompañaron durante su niñez. Así nació la pasión que lo acompaña hasta hoy.
Disfruta la salsa, la música cubana y los boleros. Desde hace 24 años dirige un programa en la radio cultural de la Universidad del Quindío. Todos los domingos, durante dos horas, reflexiona sobre este género musical declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2023.
Manrique no tiene un bolero favorito. Dice que de tantos que ha escuchado es imposible escoger uno. Piensa por unos segundos y luego responde que es Mucho Corazón de Benny Moré. No es difícil imaginar la melodía que suena en su cabeza. La voz áspera de Moré cantando “Si antes de amar, debe tenerse fe. Dar por un querer, la vida misma sin morir”.
Nunca soñó con ser compositor o con pertenecer a alguna banda aclamada, pero Antonio Manrique siempre tuvo fe en la música. La coleccionó desde que tenía 18 años y ya completa 40 años de afición. Manrique le entregó su vida a la música y sobrevivió.