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José Miguel Santamaría Uribe

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Cómo van mis vaticinios del petrocaos

Miremos qué dije, qué se ha cumplido, qué no, y qué va en camino de cada una de ellas.

José Miguel Santamaría
19 de julio de 2024

Hace cuatro años, en el 2020, escribí una columna donde exponía los riesgos de una eventual presidencia de Petro. Miremos qué dije, qué se ha cumplido, qué no, y qué va en camino de cada una de ellas.

1. No pago de la deuda externa: lo ha repetido hasta la saciedad. Petro considera que al no honrar la deuda tendrá mayores recursos para afrontar la covid-19, se le olvida que esto implica cerrar de un portazo las futuras financiaciones y perder la calificación de riesgo. Esta medida ya la tomó el gobierno de Fernández en Argentina. En esta fallé, entendió que era un error, pero ha pedido que no se califique la deuda de Colombia y que se le condone parte de ella a cambio de la protección de la Amazonia, absurdo.

2. Nacionalizar el sistema de salud: para la izquierda la peor desgracia es la Ley 100, le cargan todos los problemas de la salud en Colombia. Es por eso que ha sido reiterativo en que la salud debe estar totalmente a cargo del Estado cuando sabemos lo mal administrador que ha sido. Quiéranlo o no, tenemos un sistema de salud con muchas falencias, pero mucho mejor que el de muchísimos países, y una cobertura bastante grande. Aunque no le pasó la ley, ya lo logró, quebró a las EPS y está acabando con la salud.

3. Acabar con los fondos de pensiones privados: en este tema ha sido reiterativo desde la campaña presidencial, es la manera más sencilla de conseguir recursos y endeudar al Estado sin recurrir a los mercados de capitales. Los fondos privados valen hoy 280 billones de pesos, recursos que entrarían a las arcas del Estado a cambio de quedarse con el pago de las pensiones futuras de estos ahorradores. Sería un error garrafal, sería quebrar a Colombia; si ya más del 20 % del presupuesto de la nación es para pagar pensiones, imagínense que pasaría después de esta medida. Otro punto a favor, ya pasó la Reforma y el robo al ahorro es un hecho, la deuda pública va a sufrir.

4. Obligar al Banco de la República a emitir billetes: aunque esta es una medida facilista para conseguir recursos durante una crisis, tiene consecuencias gravísimas para la economía: es inflacionaria e implica una devaluación ante el dólar por cuenta de haber mayor circulante. Esta medida extrema ha sido utilizada con resultados funestos en Venezuela y Argentina. Desafortunadamente de esta medida no estamos salvados en esta crisis si la situación se sigue alargando y complicando. Aunque lo ha pedido —todavía no tiene mayoría en la junta— en el 2025 veremos que pasa, de todas maneras, ya está incumpliendo la regla fiscal y desfinanciado al Estado. No tiene caja.

5. Expropiación de empresas y bienes prioritarios: lo ha manifestado a través de las redes sociales. Esto acabaría la confianza inversionista y la inversión extranjera de raíz. Esta propuesta nos hace recordar el mejor estilo chavista. Miremos hoy cómo funciona el sistema productivo venezolano. De alguna manera lo ha venido haciendo no tan de frente. El daño a Ecopetrol es evidente, lo mismo a las compañías mineras. El impuesto al patrimonio es una expropiación por cuotas.

Como vemos no estaba nada errado en mis vaticinios, lo grave es que ha hecho más daño que el previsto. A nadie se le ocurrió pensar el nivel de corrupción aL que se ha llegado. Lo ocurrido solamente en La UNGRD es escalofriante.

Si en el 2020 estaba preocupado, hoy lo estoy más: vamos bajando el páramo de letras sin frenos y con el conductor en malas condiciones.

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